SE BUSCA
Inspiración perdida… Se ofrece recompensa.
Fue vista por última vez una madrugada del mes de julio.
Mi mente nunca ha funcionado de la manera esperada por la media. Si, como aquella porción en los extremos de la campana de Gauss, mi probabilidad siempre ha sido menor a 0,05… pero no escribo hoy para hablar de términos estadísticos.
Mi inspiración está desaparecida y no porque no tenga nada en qué inspirarme, al contrario, hay muchas cosas en mi vida (y en la de quienes me rodean… y en la de quienes me imagino) que serían la perfecta fuente de inspiración, pero mi mente nunca funciona como lo espero.
Escribir se ha convertido en un efecto retardado y es que mis sentimientos acuden con una semana de retraso.
Aun así he escrito poco, es como si mi bandeja de mensajes estuviese saturada y un montón de mensajes estuviesen dando vueltas y vueltas intentando entrar dentro de los mensajes no leídos… esperando que borre alguno para poder ocupar ese espacio.
Mis emociones están saturadas, si… tengo la bandeja de emociones al máximo y aparentemente hay un montón de sentimientos aguardando por mí, porque es imposible sentir tantas cosas al mismo tiempo.
Así me río cuando no debo, lloro sin razón aparente, me enfado y alegro a destiempo…
Escribir, como muchas cosas en mi vida, está (como supongo que ocurre en todos) fundido a mis emociones… considerando esto, llego a la siguiente conclusión: Mi inspiración está justo al final de esa enorme fila de emociones que esperan poder ser sentidas. Así que, después de hacerme y deshacerme, entre lágrimas y risas – tal vez, en un futuro no muy lejano – pueda volver a ver una hoja blanca y no ver sólo eso: Una hoja blanca.
Y no es que me esté/se estén perdiendo de mucho (ja ja, al contrario) pero tengo esa extraña sensación en la garganta, similar a la que queda después de haberte tragado una enorme tableta (del tamaño de las de calcio) sin ayuda de un vaso de agua, siento que tengo mucho por decir y otro tanto por escribir, pero la verdad es que no está allí (como pasa con aquella tableta) no es más que la sensación remanente al maltrato ocasionado por su paso a través de mi garganta… a través de mi alma.