Bienvenidos al "Rincón del Olvido"



“Olvido” es un pequeño gran espacio ubicado en cualquier parte de cualquier lugar, en este mundo o en otro quizás, en este tiempo o en la eternidad, en donde diariamente se reúnen olvidadizos a voluntad.

Dentro de sus espacios, infinitos
“Rincones del olvido” envuelven con su manto a quienes atormentados huyen de remembranzas. En donde en susurros, se escuchan los recuerdos emerger desde cada “Rincón del olvido”, para luego perderse entre el aroma del café recién hecho y en la superficie dorada de los tibios panecillos que se sirven en el “Olvido”

Pase adelante y tómese un último café con el recuerdo.

Si al primer buñuelo en el
“Olvido” no logra deshacerse del recuerdo, la casa le invita un suculento “pie” de nostalgia.

Para todos ustedes, está este lugar.
Bienvenidos al
“Rincón del Olvido”


martes, 30 de marzo de 2010

Hoy deseo...


Hoy deseo equivocarme, deseo sentir nuevamente la derrota que me impulse a levantarme.

Quiero ir a aquel instante en que nuestros corazones estaban tan cerca, que sólo con miradas podía hablarte.

Quiero volver a la incertidumbre de aquel instante, ese momento en el que no necesitábamos nombrar lo que nos unía para añadirle lo que otros exigían para sentirse seguros.

Regresar… que me mires, que me toques y no poder calmar mi corazón palpitante.
Que mis manos vuelvan extraviarse en el camino hacia las tuyas, que mis dedos olviden la superficie de tu piel y mis labios aguarden ansiosos por aquel acercamiento furtivo.

Volver, retornar a aquel instante en el que necesitaba tenerte a mí lado por amor y no por incertidumbre.

Quiero equivocarme contigo nuevamente, darte una oportunidad.

Que tal vez me defraudes y que sea mi culpa por confiarme.

Disculparte y que me perdones.

Alejarme y entender que te necesito.

Deseo olvidarte y así, al mirarte, sentir mi corazón latir como antes.

jueves, 11 de marzo de 2010

Hoy deseo olvidar...



Son mis fracasos los que deseo olvidar, son mis penas las que deseo borrar.

Dejo en este lugar este vacío agobiante, dejo mi inseguridad, mi frustración.

Dejo mi intolerancia ante la ineptitud de quienes me rodean, mi enfado ante la descortesía.

Dejo mis manos temblorosas y mis párpados sellados ante el susurro que se forma en el deseo de que nada pase.

Dejo el suspiro que me predispone.

Dejo la torpeza de mi mente y las lágrimas que mis ojos esconden.

Olvidaré la dirección de aquel lugar testigo de mis debilidades, de mis dudas y fracasos.

Olvidaré los rostros cuyo paradero desconozco.

Borraré la historia que alguna vez narraron mis labios.

Limpiaré la culpa que injustamente ensució mis manos.